Sí, ha llegado la hora. Parecía que no iba a ocurrir, pero sí.

Ha llegado el momento de presentar como es debido la primera camiseta. ¡Lo que me ha costado!

Primero me volví loca con el diseño… Lo que quería decir, lo tenía claro. Hace un montón de años vi esta frase en la pared de alguien muy, muy especial. Me gustó y me la regaló. Son unas palabras que, desde el primer momento, me llegaron. Tal vez porque expresan de alguna manera mi forma de sentir. Por lo visto es de una película, aunque de eso me enteré más tarde.

Darle forma me llevó más tiempo. Las vueltas que pude darle a cada letra, a cada adorno. Madre mía. Y la paciencia que han tenido aquellos que no hacían más que ver diseños aparentemente iguales en los que yo había cambiado un rizo, y que me miraban con cara de «¿estás loca? son IGUALES». (Sois lo más. Gracias). No, no eran iguales. Hay muchos detalles. Muchas pequeñas historias. Muchas partes de mi ahí dentro.

Luego la camiseta. La forma. El color. Quería que fuese una camiseta especial. Cómoda pero con un toque sexy. Una camiseta de esas que te pones un día con vaqueros y zapatillas para dar una vuelta, y que al día siguiente te puedes poner con leggins y taconazos, y unos morros bien rojos.

El día que tuve la primera en la mano, recién salida del horno, casi estallo de felicidad.

Creo que lo he conseguido. A mi personalmente, me encanta el resultado, pero claro… Qué os voy a decir yo…

Al ser la primera, he querido darle un toque aún más personal, y por eso estas primeras 50 camisetas van numeradas a mano con todo el cariño del mundo. Así, el día que este sueño se haga mayor, podréis presumir de tener una de las primeras 50 camisetas únicas de Lil’O.

Espero que os guste tanto como a mi.

Bueno pues… ya habéis visto las fotos de la que es, por el momento, el primer y único producto de Lil’O.

¡Pero no desesperéis! En nada os sorprenderemos con más cositas, que os van a encantar seguro 🙂

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