Hay cosas que no entiendo mucho… Bueno, ni mucho ni nada.
Y tanto es así, que cada vez que intento explicar por qué la intolerancia me duele tanto y me genera tanta frustración, me trabo y al final no consigo explicarlo, pero voy a intentarlo.
No entiendo el debate de los amores que sí y de los amores que no.
¿Qué hay que debatir? ¡Pero si el amor es lo más grande que tenemos! ¿Qué sentido tiene cuestionarlo? ¿Quién puede valorar lo que dos personas que se aman sienten, más allá de ell@s mism@s?
No me entra en la cabeza. De verdad.
El amor es lo más auténtico que tenemos. Es nuestra esencia, en estado puro. Es lo que nos empuja, lo que nos da energía, lo que nos alimenta. Y, en relación con otros, es algo que nos expande y nos hace grandes a la vez que hace grandes a los que amamos.
Entonces, ¿dónde está el problema? ¿A qué viene tanto ruido? ¿Qué necesidad hay de etiquetar lo que sí y lo que no y lo que a lo mejor?
Amemos.
Con todo.
Amemos de verdad.
Sin miedo y sin condiciones.
Y desde el más profundo respeto por todo aquello que amemos.
En mi cabeza hay un montón de dudas existenciales y de contradicciones. Pero, si hay algo que se, y siento en cada poro de mi piel, es que el amor es amor. Sin etiquetas. Sin peros. Igual de verdadero, de grande y de poderoso, independientemente de las partes implicadas.
Basta ya de darle vueltas a algo que no las tiene.
Os dejo este vídeo que para mi, lo dice todo. <3
#lovehasnolabels #quenadietedigahastadonde
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